Una amoladora o “muela” es una herramienta constituida por un motor eléctrico que hace girar un husillo o eje, y a la que podemos acoplar multitud de discos para diferentes funciones.

Las amoladoras son herramientas muy versátiles debido a la gran variedad de discos y accesorios que podemos acoplar, lo que permite realizar numerosas tareas, como cortar, lijar, decapar y afilar.

Las principales funciones de una amoladora son:

- Cortar: Existen discos con bordes afilados que se utilizan para ranurar (realizar una hendidura o ranura), tronzar (partir) o cortar objetos. Se utilizan para cortar metal, madera, piezas de cerámica o piedra principalmente. El material, la rugosidad del disco y la velocidad de giro dependerán del tipo de material a cortar.

- Lijar: Los discos con lija de distinto grano permiten rematar adecuadamente superficies de distintos materiales, desde madera hasta cemento. El trabajo de lijar exige una máxima precisión, especialmente cuanto más grande sea el área a pulir para conseguir unos buenos resultados finales.

- Decapar: Existen discos con cepillo de metal y se utilizan para decapar superficies metálicas y de madera. Se recomienda trabajar a velocidad no muy alta y no ejercer demasiada presión con la amoladora para no estropear la superficie que estamos trabajando.

- Eliminar rebabas: La amoladora se utiliza para quitar el material sobrante o las rebabas cuando cortemos piezas de metal, madera, cerámica…

- Afilar: Podemos afilar numerosas herramientas de jardinería y carpintería como tijeras, cuchillas, brocas, tenazas… utilizando una amoladora y una piedra de afilar que tendremos como accesorio. Especialmente se recomiendan las amoladoras de sobremesa aunque también se puede utilizar una amoladora portátil, siempre que se fije bien el utensilio que queremos afilar a través de una mordaza de sujeción evitando cualquier deslizamiento.